Cómo aislar los fragmentos de la noche para apretar algo con las manos, como la liebre penetra en su oscuridad separando dos estrellas, apoyadas en el brillo de la yerba húmeda. La noche respira en una intocable humedad, no en el centro de la esfera que vuela, y todo lo va uniendo, esquinas o fragmentos, hasta formar el irrompible tejido de la noche, sutil y completo como los dedos unidos que apenas dejan pasar el agua,como un cestillo mágico que nada vacío dentro del río. Yo quería separar mis manos de la noche, pero se oía una gran sonoridad que no se oía, como si todo mi cuerpo cayera sobre una serafina silenciosa en la esquina del templo.

(José Lezama Lima)

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