Por esa puerta huyó diciendo :«¡nunca!» Por esa puerta ha de volver un día ... Al cerrar esa puerta dejo trunca la hebra de oro de la esperanza mía. Por esa puerta ha de volver un día. Cada vez que el impulso de la brisa, como una mano débil indecisa, levemente sacude la vidriera, palpita más aprisa, más aprisa, mi corazón cobarde que la espera.

(Amado Nervo)

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